En mi vertiente de fotografía de concurso me gusta pensar que me han hecho un encargo y tengo que ofrecerles mi mejor trabajo sobre ese tema.
En el resto de proyectos me interesa crear fotografías que planteen preguntas, que no den todo hecho. Trabajos que hagan preguntarse qué ha pasado antes de llegar ahí y qué pasará después. Me gusta que mis fotografías tengan un punto mendaz, que parezcan verdad y que también lo sean, o no. Prefiero interpelar a los porqués y no a los cómos.
La cámara me ha forzado a mirar de otra manera: me encanta mirar las cosas por lo que parecen y no por lo que son. Y eso es lo que trato de mostrar en mi fotografía. Y lo disfruto.
Pamplona, 1970.
En mi adolescencia tuve el primer contacto con el mundo de la fotografía de la mano de mi tío José Mari Iliberri quien me descubrió la magia del laboratorio y del olor de los químicos. Después de varios años sin la fotografía en mi vida fue en 2007, tras conocer a Atxu Ayerra, cuando compré mi primera cámara fotográfica.
Entre cursos y concursos he ido adquiriendo la técnica necesaria para el desarrollo de mi visión, siendo de, mi ahora gran amigo, José Luis Pujol del que más he aprendido. Gracias a mi entrada como alumno de Carlos Cánovas en el Taller de Zizur estoy viviendo la fotografía de otra manera, más intensa, conociendo corrientes y autores/as que suponen una apertura de mi visión. Yo tampoco no puedo no ver.
Pertenezco al Colectivo Fotográfico Higuera de Tafalla y al Colectivo Punto de Catástrofe.
Varios de mis trabajos han sido reconocidos por jurados nacionales e internacionales, destacando el cartel de San Fermín de 2011.
He participado en varias exposiciones individuales y colectivas, entre las que destaca la de la Bienal de Fotografía de Jaén en 2015.
Colaboro puntualmente con la revista Conocer Navarra.